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Ibiza y alrededores
Este lugar, además del tópico de la vestimenta paliducha y los guateques hasta el amanecer, supone un muestrario de huellas hippies, de modo que el viajero puede perseguir la impronta que este modo de vida legó a la zona visitando sus mercadillos, además de vagabundear por la parte vetusta de la capital de la isla con su catedral del siglo XIV y las murallas del XVI que la custodian.
Pero Ibiza sólo es la capital de este “Reino insular de Belleza”, y el trotamundos puede alternar, asimismo, con San Antonio, surcar las aguas de su bahía e internarse en el ambiente de sus noches. Al día siguiente, la fiesta prosigue, pero esta vez sustituyendo la copa por una diligente cámara de fotos para captar la belleza mística de la iglesia del municipio de Santa Eulalia del Río, encaramada a la cima del Puig de Missa y que obsequia con postales sobre el mar. De modo que si el viajero quiere atiborrarse de espectacularidad debe poner rumbo a las Islas Baleares y recalar en la isla de Ibiza.
La ciudad de Ibiza
Seguro que el trotamundos no necesita nociones para encontrar los mejores dispensarios de fiestas, pero tal vez sí que precise de ciertas pautas para conocer la monumentalidad de esta metrópoli cuya fundación corrió a cargo de los fenicios en el año 564 a. C. Además, anduvieron por ella los cartagineses, los romanos, los vándalos (nada que ver con los de ahora, éstos tenían DNI germánico), los árabes e incluso los hippies (que también dejaron sus particulares monumentos).
Por eso, nuestro viajero no ha de desdeñar el legado histórico que atesora la ciudad y, por tanto, visitar la Catedral de la Virgen de las Nieves o de Ibiza que presenta una amalgama de estilo gótico y barroco. Nuestro curioso tampoco debe obviar las murallas renacentistas que circundan su casco antiguo y que fueron erigidas durante los reinados de Carlos I y Felipe II.
San Antonio
A tan sólo 20 minutos de Ibiza, surge esta villa con el encanto de su paseo marítimo y sus puestas de sol, ésas que “manufactura” el afamado Café del Mar a su clientela. Sin embargo, estos atardeceres son gratuitos y se pueden degustar con igual o mayor intensidad en cualquier punto de la bahía de San Antonio sin tener que pasar por la caja de local alguno.
Pero si el trotamundos prefiere que le pongan banda sonora al momento y evocar el Metro en hora punta…, en este recinto no se les da mal.
Santa Eulalia del Río
Dicho municipio alberga varias iglesias, pero la más piropeada es la que se alza en Puig de Missa. Se construyó en el siglo XVI como un miembro más de la red defensiva de la isla y constituyó, además, el germen alrededor del cual creció el pueblo. Por supuesto, hay toda una retahíla de mercadillos hippies aguardando los paseos del turista con una buena despensa de vestimenta ibicenca, artesanía (incluso africana) y ropa colorida por doquier. A nuestro trotamundos con ínfulas de los 70 le recomendamos esta Web: www.hippymarket.com.
Además, le instamos a leer sobre este asunto en otros artículos de esta Guía.