Historia de Ibiza
 

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Historia de Ibiza

Historia ibizaSi Ibiza se propusiera relatar su historia a los visitantes, éstos encanecerían y morirían sin haber pasado del capítulo uno de su existencia. Desde esta Guía, abreviaremos el novelón que comenzó en el año 1600 a. C. De hecho, por ella han transitado una gran variedad de culturas: fenicios, griegos, romanos, árabes… Incluso su nombre se atribuye a una deidad babilónica, el dios Bes.

 

Este todopoderoso protegía a los hombres de los influjos malignos. Y se le consideraba, además, el causante de la risa, la alegría, la danza y la guerra. Si el viajero presta atención y se pone observador, cazará unas cuantas alusiones a este dios en muchos lugares. Infinidad de acontecimientos han llovido desde los tiempos de esta deidad: ocupación vándala y bizantina, llegada de los bereberes, la Reconquista de Jaime I, asedios piratas, una Guerra Civil…

 

De la prehistoria a los hippies

El hecho de que aquí hubo hombres prehistóricos, “oriundos” de la Edad de Bronce, lo apuntalan las pinturas halladas en el abrigo de Ses Fontanelles. Mucho más tarde, los fenicios se quedaron embelesados con la isla y fundaron la ciudad de Ibiza. Se creó la industria del salazón con una almadraba de atún. Si el trotamundos quiere explorar las evidencias de su presencia en la isla, le damos las coordenadas: Puig d'es Molins en Ibiza capital y Ca'n Sora en San José. Asimismo, los romanos también pusieron su granito de arena en la historia de la urbe.

De hecho, se convirtió en ciudad confederada de la atildada y engreída Roma. La huella romana ha quedado inoculada en Ibiza con el acueducto de S'argamasa. Sin embargo, el relato no se agota ahí, sino que prosigue con la llegada de los árabes en el año 711, que lejos de contentarse con la península, le hincaron también el diente al archipiélago balear. Al menos, dejaron una bella tarjeta de visita con los restos de la muralla, que hoy puede contemplarse en la calle de San José, así como dos fornidos torreones.

 

Aún quedaba el “turisteo” de los mauritanos y las incursiones de los vikingos. Al fin, este contoneo de pueblos y civilizaciones concluyó en 1235 con el aguerrido Jaime I el conquistador que expulsó a los árabes y plantó la bandera de la Corona de Aragón. A partir de entonces, los ataques y las batallas perdieron su carácter interreligioso pues las disputas enfrentaron a Aragón con Castilla durante la Guerra de Sucesión Española que se saldó con saqueos y el aniquilamiento de la muralla medieval que fue reemplazada por otra de corte renacentista.

Sin embargo, los siglos posteriores trajeron prosperidad: la urbe se desbordó, empezó a adquirir relevancia comercial y se mejoró la comunicación con la península. Por supuesto, la isla sufrió los envites de la guerra fraticida y, una vez resuelto el conflicto civil, Ibiza recibió el asedio de huestes melenudas de ideario inconformista que llovieron desde toda Europa y parte de España., los hippies.

 

Sin embargo, no fueron los últimos, pues las rachas de conquistadores prosiguen hoy en día con las legiones de turistas que todos los años copan sus discotecas y sus playas.

Parece que el turismo es una fórmula de invasión amoldada a este siglo, ¿verdad?

 

 

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